DOMINGO
Convencer a los radicales
Ha ofrecido el Presidente Andrés Manuel López Obrador que para el uno de diciembre de 2020 habrá sentado las bases institucionales para realizar la 4T, sin que esté claro todavía cuál es el proyecto final, más allá de los compromisos anunciados públicamente.
En los próximos doce meses, igual que en el primer año de su mandato, habrá de mantener a raya los radicalismos que se incorporaron a Morena desde su fundación. Algo comprensible, porque eran las horas de sumar.
Sin embargo, ha aprovechado a los radicales para consolidar el poder presidencial, tan centralizador como lo fueran las Presidencias del siglo pasado, pero con un singular respaldo popular, hasta ahora.
Los cercanos al Presidente reconocen que la clave está en convencer a los grupos radicales de la izquierda, algunos con gente muy talentosa, de que la lucha de las izquierdas ya no es superar al capitalismo, sino atemperarlo, Lorenzo Meyer dixit.
Lograrlo le daría al gobierno lopezobradorista un inusitado margen de maniobra.
El problema es que la moderación no ha sido históricamente el fuerte de las izquierdas mexicanas.