DOMINGO

Retórica de campaña

   Es cierto que el sostenido discurso de campaña del Presidente Andrés Manuel López Obrador no contribuye a la unidad que, presuntamente debe ser el objetivo del Gobierno de la República. Por el contrario, es un discurso rijoso, provocador, intransigente desde la perspectiva de no dejar sin respuesta ninguna crítica, ninguna acusación.

   Es el resultado de encontrarse que, contra los diagnósticos ideológicamente sesgados hechos desde hace tiempo por sus equipos, la realidad de gobernar y, sobre todo, de administrar, exige un ritmo más lento que el de la Cuarta Transformación.

   Pese a todo, falta mucho por hacer, más de lo que calcularon, y eso ha forzado al Presidente a llenar con retórica la ausencia de acciones, para mantener el vigor y entusiasmo de sus partidarios.

   Por ahora esa es la prioridad. Ya cuando considere que hay suficientes acciones y que éstas son claramente perceptible y comprobables, entonces es posible que empiece a tender puentes hacia quienes, todavía considera sus adversarios.