DOMINGO

Se renovó la esperanza

   Esta semana, aunque este espacio editorial está dedicado a comentar los temas políticos y sociales, en esta ocasión comentará el Encuentro Mundial de la Juventud, encabezado por el Papa Francisco en Panamá.

   Más allá de las celebraciones eucarísticas y las homilías y discursos papales, creo que, quienes seguimos en los medios, especialmente en la televisión, las ceremonias y encuentros multitudinarios, nos conmovimos ante el entusiasmo y el fervor de más de 600 mil jóvenes que participaron en todos los eventos y ceremonias.

   A quienes, como el que escribe, somos creyentes, malos, si se quiere, pero creyentes, nos renovó la esperanza de que, como la semilla que durante todo el invierno permanece bajo tierra, y en la primavera renace, así la Iglesia, agobiada por los actos ilícitos o deshonestos en su jerarquía y por mezquindades propias de la condición humana, está viva, porque la Iglesia, contra la creencia popular, somos todos los creyentes, no sólo la jerarquía.

   Vale esta simple reflexión cuando México, por las razones que sea, padece una suerte de decadencia moral, tanta que hasta políticos como López Obrador convocan a una renovación moral.