DOMINGO

Evitar la pesadilla

  Al paso que va la consolidación de la Guardia Nacional, se convertirá en un proyecto inconcluso, como resultado de la errática política de seguridad que por “la perseverancia” presidencial no se modificará, a pesar de que el laizzes faire propicia la creciente influencia de las bandas del crimen organizado en muchas localidades de la República, al extremo de que los ciudadanos de a pie ya lo perciben como poder paralelo y hasta más fuerte que el Estado en algunas regiones.

  El proyecto original de la GN era la respuesta al dilema que creó la desaparición de la Policía Federal y, en estricto rigor, una mejor respuesta, por obedecer a un modelo similar al de la Gendarmería francesa, pero las presiones militares y la incapacidad de los funcionarios civiles, sumadas a los recortes presupuestales a diestra y siniestra han impedido que la GN sea la policía federal con que soñaron hace cuatro años en Palacio Nacional.

  Ojalá que corrijan e impidan que el sueño se convierta en pesadilla, no para los políticos y funcionarios, sino para los ciudadanos cuya indefensión aumentará.