DOMINGO

La cruda realidad

   La estrategia y tácticas meticulosa y habilidosamente diseñadas y, hasta hoy, aplicadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador para hacer realidad su proyecto transformado, como tantos de sus antecesores, empiezan a mostrar sus limitaciones ante la realidad de un sexenio que está a 20 meses de postular candidato oficial y 30 de terminar el sexenio, se topan con el México real y sus complejidades y contradicciones.

  La tenacidad que le permitió buscar una y otra vez la Presidencia empieza a ser un lastre, su principal debilidad, a la hora de gobernar, porque su tenacidad le hace intransigente e incapaz de rectificar por suponer que su autoridad moral vencerá a todos sus adversarios, reales o imaginarios.

  Ni el abierto pleito con medios y periodistas ha logrado contener a la realidad de un México agobiado por la creciente inseguridad, por creciente pobreza, a pesar de los programas sociales y por el deterioro de las circunstancias económicas nacionales e internacionales que, para enfrentarlas con éxito, exigen flexibilidad.

  A pesar de todo, lamentablemente no ha llegado a la etapa de introspección de los hombres de Poder que han hecho historia. Lejos de que, al retirarse a descansar cada noche imaginarle, como hacía Oliverio Cromwell, hombre también muy tenaz, preguntarse a sí mismo: ¿de los que hoy hice, que pude haber hecho mejor, en qué me equivoqué?