DOMINGO
Enfriar los ánimos
Por ahora parece imponerse la exaltación producida por la necesitad que ha sentido el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador de que el Jefe del Ejecutivo Federal no sea el Jede del Estado, sino el líder de un movimiento que debe mantener a la Nación en permanente agitación, para avanzar en los propósitos de alcanzar los objetivos sexenales.
Eso, como se dijo en este espacio, citando a la periodista española Lola García, ha producido fanáticos, pero tristemente no sólo en el oficialismo, sino también entre los sectores de la sociedad que se le oponen.
Todos, citando otra vez a Lola García, parecen los efectos del “gen del mal” que acalla toda voz sensata.
Estamos muy lejos, supongo, de las condiciones de España, pero recuerdo lo dicho por un veterano de la espantosa Guerra Civil:
“Para los republicanos, los franquistas éramos el diablo, para los franquistas los republicanos eran el diablo y al ser imposible el diálogo político, la negociación y los acuerdos, estalló la Guerra Civil”.
No hemos llegado a tal extremo, supongo, pero hay que enfriar ánimos. Exaltarlos es irresponsable. Líbrenos Dios de confirmar el apotegma de Santiyana.