DOMINGO

Ponderar la relación con China

  Pareciera que la política exterior del Gobierno de México se ha diseñado a partir de premisas que se elaboraron por la percepción de que aquí ya sabemos cómo será el mundo después de la pandemia, cuando quiera que eso ocurra.

  Por eso ya empezamos a hacer del control de armas el eje de la relación con el próximo inquilino de la Casa Blanca, sin entender que, aunque los demócratas siempre han querido el control de armas, tienen demasiados problemas para inventarse otro con los amantes de la Segunda Enmienda.

  Al mismo tiempo, con el pretexto de la negociación para comprar la vacuna china contra Covid 19, Ebrard ha hablado de la posibilidad de ampliar una alianza estratégica.

  Por supuesto que quienes esto escribimos no proponemos pelearse con China, la segunda economía del mundo, pero si ponderar cómo relacionarse con la potencia asiática, pues no podemos olvidar que la primera mitad de este siglo estará marcada por la confrontación Estados Unidos-China. Y nosotros, casualmente, tenemos un acuerdo comercial con Estados Unidos, un acuerdo comercial del cual depende la suerte económica de México.