DOMINGO

Cerco informativo

   Todos los Presidentes de México, al menos durante los pasados 70 años, han ideado su propia formula para el cerco, este sí informativo, que construyen a su alrededor sus colaboradores, primero con la idea de protegerlo y después para aislarlo por sus propios motivos políticos.

   Casi todos, claro, con su estilo personal, optaron por convocar “a tomar un café” a distintos personajes de lo más ecléctico, pero cuyo conjunto reflejara el mosaico de intereses personales y de grupo de la Nación.

   Nunca importó mayormente la eventual empatía con los invitados. Sabían que, salvo excepciones, todos expresarían punto de vista interesados, pero que reflejaban la opinión de un sector de la sociedad sobre el Presidente, sobre el País, sobre el Gobierno y sobre los problemas y soluciones.

   En charlas inteligentemente manejadas, los Presidentes conseguían tener el pulso de la opinión de la sociedad sobre todos los temas, lo cual complementaba y no pocas veces corregía la información que siempre ha fluido a la Presidencia.

   El tema vale, porque hasta donde se sabe, el Presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene muchas de esas reuniones.

   Quizá debería, porque entre más reuniones de esa naturaleza tenga, en corto y a solas, está mejor informado para evitar que el cerco de sus colaboradores haga realidad aquello de “El Gran Solitario de Palacio”.