Cambio de Guardia

Todo cambio

   En una semana ya ha padecido el Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador dos retrasos en sus vuelos de regreso de Ciudad de México, pero se niega a dejar de volar en vuelos comerciales, con el mismo simplismo de que no necesita seguridad, porque el pueblo lo cuida.

   A su alrededor tiene a colaboradores inteligentes, experimentados, alguno de los cuales debiera explicarle que, aunque es muy taquillero decir y actuar como un mexicano más, como cualquiera de nosotros, en la realidad eso no es cierto.

   Desde el uno de julio que fue elegido Presidente de México, ya no es como nosotros, porque ninguno de las o los ciudadanos de a pie estamos en el umbral de ser Presidentes y gobernar a 125 millones de compatriotas.

   No es como nosotros, porque es el Jefe de Gobierno y el Jefe del Estado Mexicano, los dos encargos que simultáneamente desempeña el Presidente de México.

   Si, como dice, se le caería la cara de vergüenza el utilizar cualquiera de las aeronaves propiedad de Estado, cuando en México hay millones de pobres, le podríamos hacer una pregunta muy sencilla: ¿y por qué no se le cayó la cara de vergüenza en gastar millones de pesos en la campaña, con dinero de nuestros impuestos?

   El argumento para no volar seguro y no tener suficiente seguridad es falaz. Y lo sabe, de la misma manera que sabe y sabe bien el caos que viviría México si algo le ocurriera. En las circunstancias actuales, tardaríamos años en recuperarnos política, económica y socialmente de ese caos.