Café Político

 

 

Sucesión: a porrazos recobra el control
Maíz, un estirón más a la liga
Coahuila y Edomex, los grupos locales

  “Deben manejarse con prudencia y tenerle confianza a la gente”, un primer reproche presidencial a gobernadores y Corcholatas por hacer alianzas ajenas que le desordenan al Presidente Andrés Manuel López Obrador el proceso de la sucesión.

  Prueba de cómo sintió el riesgo que le disputaban el control de la sucesión son los porrazos con que resolvió el desencuentro de Marcelo Ebrard con la embajadora emérita Martha Bárcenas, pues bastoneó hasta al círculo de Palacio Nacional.

  Ebrard sabe que no ganó nada, y quizá entendió que el llamado a “tenerle confianza a la gente” es la advertencia de que ninguna alianza ni acuerdo vale sin el aval del Presidente, Supremo exégeta de la voluntad popular y, por ello, indiscutible árbitro de la Gran Encuesta.

 

 

Va Morena al 24 con la tesis de Díaz Ordaz
SE: repliegue global igual a muralla china
Emula Morena entidad electoral priísta

  Desde junio de 2021, tras el sofocón electoral, el Presidente López Obrador concluyó que no arriesgaría a su Partido a la prueba del ácido de las urnas en la elección presidencial de 2024 y decidió cargar los dados electorales a su favor.

  Perdidos los votos para la Reforma Electoral, revisaron a fondo el sistema y su legislación y alistaron inconstitucionales leyes del Plan B e hicieron un cronograma que incluye el lento ritmo de la Suprema Corte para resolver impugnaciones.

  “Una chicanada”, claman opositores. Así cargarán a su favor los dedos de la elección del 24 aprovechando los márgenes que deja el marco constitucional. Palacio aplicó la receta de Gustavo Díaz Ordaz: “si no ganas legalmente, pues ganas a la legalona”.

 

 

SEP y Palacio confunden prioridades
Injustificado amago al Poder Judicial
Sin bloqueo, ¿cuánto dura el castrismo?

  Quizá es tiempo que la maestra Leticia Ramírez Amaya, Secretaria de Educación Pública, informe al Presidente que las prioridades educativas son de orden técnico, pedagógico, no ideológico, como dicen los cuentistas directivos de los contenidos de la SEP.

  Podría detallar los vacíos dejados por la pandemia, vacíos a llenar con un esfuerzo educativo extra y costoso, para compensar los huecos de la “educación a distancia” y las deserciones, tarea eminentemente pedagógica.

  Decirle que para sustentar el desarrollo equitativo de “la revolución de las conciencias” es fútil tener estudiantes imbuidos de Marx y Bakunin, cuando harán falta más técnicos y profesionales y preguntarle a Palacio cuál prioridad quiere como legado sexenal.