Café Político

 

 

Dante Delgado, ¿comodín o esquirol en 24?
INE parchado, si la SCJN no se apura
No es prioridad la seguridad en las carreteras

  Desde el pasado noviembre, se dijo en este generoso espacio de El Economista, que en Palacio concluyeron que no es brecha, sino océano lo que separa la popularidad e imagen del Presidente Andrés Manuel López Obrador de la imagen del Partido Oficial, de Morena.

  Se decidió que todos los aspirantes -Las Corcholatas, según la cariñosa definición presidencial-, necesitaran asistencia del Gran Estratega de Palacio y se empezaron a urdir planes para debilitar o de plano dividir a la Alianza Opositora.

  Movimiento Ciudadano, lo sabe Dante Delgado, no puede perder Jalisco y, como se dijo en noviembre pasado, Palacio le hizo una oferta que no pudo rehusar. Por eso pelea con el PRI, no con el PAN, y parece que decidió ser el Gran Esquirol en la elección del 24.

 

 

Evangélica advertencia de Palacio a Corcholatas
Dos visiones de la economía y el elefante
La oposición negocia gobierno de coalición

  Salvo excepciones, cada afirmación de las mañaneras de Palacio es calculada y no salió de la nada la exhibición de sus niveles de popularidad. No se mostraron sólo para presumir, repetían claro mensaje a las tribus de Morena y a las Corcholatas.

  Quizá es evidencia de la dificultad para controlar las fuerzas centrífugas congénitas en la olla de tamales que es el Partido Oficial y hubo de recordarles lo esencial de la popularidad presidencial para un eventual triunfo en la elección del 24.

  Ayer que al Presidente López Obrador, le dio por invitarnos a entender el mensaje de Jesús, ya encarrerado les refregó su popularidad a las tribus. Sólo le faltó citar a Juan, el evangelista: “Yo soy la vid y vosotros las ramas… separados de mí no podéis hacer nada”.

 

 

¿Usará Morena fascistas “squadre d´azione”?
A prueba el temple de la Alianza Opositora
¿Cumplirá el INE con su deber constitucional?

  Uno se niega a creer que el respaldo presidencial a la manifestación del pasado sábado ante la Suprema Corte de Justicia avala la violencia verbal y física de las facciones más radicales del Partido Oficial y sus pulsiones autoritarias.

  Y se pregunta si tal tolerancia no estimulará a otros gobernadores morenistas y otros radicales a crear grupos de acción directa para la campaña presidencial como las “squadre d´azione” -escuadras de acción- del fascismo italiano del siglo pasado.

  Escuadras similares a los “camisas negras” -no cafés, como erróneamente dijo quien esto escribe-, los usó el fascismo italiano como electorales fuerzas de choque contra sus adversarios políticos. ¿Quieren eso de su progresista “revolución de las conciencias”?