Comentario con López-Dóriga

Balance de Culiacán

   A todos nos sacudió la violencia de ayer en Culiacán, pero como siempre, los hechos se difuminan en la niebla de la guerra, en el juego de humo y espejos de la política.

   Más allá de versiones periodísticas, al escuchar al Presidente López Obrador y al gabinete de seguridad me quedo con tres conclusiones al bote pronto: primero, lo difícil que es todavía que los jueces den órdenes de cateo, aún en casos urgentes.

   Segundo, como en todo, los eventuales errores de los altos mandos los van a pagar los subordinados.

   Tercero, ni el encontronazo con la realidad que fue la violencia en Culiacán, hará que, por ahora, sea posible que el Presidente cambie su política pacifista en materia de seguridad.