Comentario con López-Dóriga
Tolerancia a la maldad
¡Qué coraje, Joaquín, al enterarme que fue encontrado el cuerpo del joven Norberto Ronquillo, el estudiante universitario que fuera secuestrado y por quien se pagó el rescate!
Se pagó el rescate y de todas maneras lo asesinaron.
Maldad pura, la de aquel maldito que asesinó a un jovencito en un Oxxo de Nayarit.
¿Cómo duermen estos malditos asesinos, Joaquín? Como bebés. Disfrutan dañando a otros.
Dicen que ya trabajan para reducir la criminalidad, como lo hicieron en el pasado.
Poco consuelo para la Familia Ronquillo. A la injusticia de enterrar a su hijo, se suma la injusticia de la infame tolerancia a la maldad.
Bien decía Einstein que el peligro está en que las buenas personas permitan la maldad