Impaciencia
Aunque sabemos que el PRI en los próximos días escogerá a su candidato presidencial, no como en el pasado, al sucesor del Presidente, la que llaman vieja liturgia priísta mantiene su capacidad de acaparar la atención pública.
Quizá es porque la liturgia, pese a todo, genera suspenso, una cierta ansiedad por saber quién será el candidato, suspenso que le inyecta emoción a lo que sería meramente un rutinario proceso en un partido político.
Así, cuando, ante la comunidad diplomática acreditada en México, el canciller Videgaray cubrió de elogios al titular de Hacienda José Antonio Mede lo consideramos como adelantado destape.
No bastó que luego el canciller Videgaray buscara aclarar que fue sólo una presentación. Tuvo que hacer una advertencia –urbi et orbi- el Presidente Peña Nieto: “No se despisten, el PRI no elige candidato a partir de elogios o aplausos”.
O sea, que los periodistas hicimos una mala lectura de los hechos.
Pues entonces hagan lo que aquel rico ganadero, quien cuando le preguntaron porque no hablaba con los periodistas, respondió: pues porque todo lo tragiversan.