Comentario con López-Dóriga

El prejuicio hacía los militares

  Siempre me ha llamado la atención el comportamiento de los sectores más educados,  ilustrados de la sociedad mexicana hacia los soldados y los marinos de México, así como hacia los policías.

   En el caso de los militares parece ser algo más que prejuicio, casi se asemeja a una reacción alérgica.

   La explicación me la dio hace mucho tiempo un viejo sabio, sobreviviente de innumerables riñas políticas del siglo pasado.

   Me dijo que, como la sociedad mexicana perdía gradualmente la permeabilidad social, para muchos mexicanos la incorporación al ejército o a la marina son la única vía para ascender en la escala social y económica.

   Y me preguntaba el viejo sabio: ¿cuánta gente conoces de las clases medias, o de las clases altas qué manden a sus hijos a enlistarse en las fuerzas armadas?

   El hecho que las élites de la República no inscriban a sus hijos en el ejército y la marina, hace que entre las élites ilustradas y las élites económicas haya una enorme brecha de incomprensión que explicaría muchas de las reacciones