Comentario con López-Dóriga
Terca realidad
La coordinadora de los foros para la pacificación, Loretta Ortiz, ha repetido una y otra vez el lema de sí a la paz, no a las armas, como una suerte de definición de los objetivos de lo que será la política de seguridad del próximo gobierno.
Claro que todos preferimos la paz a la violencia criminal que hoy aflige a tantas regiones de la República, una violencia que, por momentos parece aumentar exponencialmente, aprovechando los vacíos que se crean por el interregno entre un gobierno que se va dentro de 56 días, ocho semanas, y otro que tomará el poder a partir del uno de diciembre.
Pero, la sola lectura de hechos ocurridos ayer. Hombres armados atacaron y mataron a policías en al menos dos entidades de la República y policías, soldados y marinos tienen que responder diariamente a ataques similares de las bandas criminales que pululan en la República.
¿Creen contener la violencia con un viejísimo slogan: "hagamos la paz, no la guerra"?
Porque es terca, la realidad exige algo más que la franciscana frase de "paz, hermano lobo".