La Revolución
Hoy, que celebramos el aniversario del terremoto social y político que fue la Revolución Mexicana se multiplican las descalificaciones, producto de quienes juzgan la historia del siglo pasado a la luz de las premisas políticas, sociales y económicas del siglo 21.
Algunas de las descalificaciones de la Revolución Mexicana, paradójicamente, reflejan el ancestral rencor de aquellos a quienes como me dijo alguien hace tiempo “les quitaron sus tierras para repartirlas”.
Otros por razones políticas, pero de política de 2017, nada que ver con el siglo pasado.
Es cierto, a la renuncia de Porfirio Díaz, siguió una confrontación violenta entre los jefes revolucionarios, cada quien para imponer su visión.
Eso no basta para descalificarla, porque en medio de las luchas por el poder, se construyeron instituciones y, poco a poco, quedaron atrás los caudillismos.
La violencia posrevolucionaria no basta para descalificarla.
¿Cuántas vidas costó la lucha entre las facciones de la Revolución Francesa, antes de que empezara a funcionar la República?
No cabe duda que las pasiones y rencores políticos terminan por nublar la inteligencia.