Comentario con López-Dóriga

Apelar a las emociones

  Hace casi diez años que don Pedro Salazar Ugarte habló de “un sentimiento de frustración y desengaño que flota un poco en todo el país que se ha traducido en un peligroso discurso antipolítico que amenaza con derribar las columnas institucionales de nuestra frágil democracia”.

  En ese lapso en México triunfó el Presidente López Obrador y tuvimos otra democrática alternancia, y a 10 meses del fin del sexenio, pese a innegables aciertos, por las fallidas políticas públicas otra vez flota en todo México un sentimiento de frustración y desengaño, la gran variable electoral no registrada en las encuestas.

  Aunque digan que deliro, creo que es una razón más para que el discurso de la oposición soslaye contenidos y apele a las emociones de los votantes.