Comentario con López-Dóriga
Equivocados, nunca
La concentración de ayer en el Zócalo en otras circunstancias sería una llamada de atención para cualquier Presidente de la República, porque los cientos de miles que llenaron la Plaza de la Constitución y calles adyacentes en la Ciudad de México y en docenas de ciudades del resto de la República, representan a las clases medias poco inclinadas a las manifestaciones callejeras.
El Presidente López Obrador ya no los escucha, ni los escuchará. La maquinaria oficial de propaganda está en marcha para descalificar a los cientos de miles de personas que marcharon en toda la República.
Los descalifica acusándolos de pelear a favor de la corrupción. Con esa consigna el régimen conjura la tentación de aceptar la posibilidad de estar equivocado. Vade retro, satanás.