Comentario con López-Dóriga

Antesala de la barbarie

  Mientras disfrutamos de los taquilleros pleitos políticos x el juego de las corcholatas, en Sinaloa asesinaron a la señora Rosa Lilian Rodríguez, quien tenía tres años buscando a su hijo desaparecido y, como otras madres, así procesaba su duelo.  Ni eso permiten los criminales. Se la llevaron al salir de misa y la mataron.

  Crimen que pronto será una cifra más para las estadísticas que muestran la creciente influencia del crimen organizado en tantas regiones de México.

  Doña Rosario ya está con su hijo. Su asesinato, apenas un pie de página en la narrativa sexenal.

  Si no rechazamos que estos crímenes sean parte de nuestra normalidad, pronto seremos insensibles. Y dicen, Joaquín, que la insensibilidad es la antesala de la barbarie.