Comentario con López-Dóriga

¿Y la Guardia Nacional, apa?

  En Cerocahui, Chihuahua, a 20 minutos de la zona turística de la Barranca del Cobre, un grupo de sicarios asesinó a dos sacerdotes jesuitas que intentaron defender a la persona que huía de los criminales y buscaba santuario en el templo. Y se llevaron los cuerpos.

  La misión jesuita lleva más de cuatro siglos en la sierra de Chihuahua. Misión integral con clínica y escuela. Hoy, como antes, llena el enorme vacío de la indiferencia oficial.

  Realistas, los jesuitas piden a los criminales devolver los cuerpos de los sacerdotes.

  Hay presencia del crimen organizado en la zona, dice Palacio Nacional, pero no dicen porque no hay presencia de la Guardia Nacional, ¿acaso no crearon la Guardia para proteger a estas pequeñas comunidades?

  Conste, Joaquín, es pregunta.