DOMINGO

Hay vida más allá de Cuautitlán

  Quizá influenciados por los criterios de algunos de los más distinguidos académicos y politólogos de México, no pocos dirigentes y políticos de la oposición se sienten obligados, que están listos, para competir con el Presidente en las elecciones presidenciales.

  Unos y otros no entienden al Presidente. A dos años once meses de llegar al poder, tiene a la mano todos los instrumentos a su disposición para descarrillar a cualquier figura que asome la cabeza.

  Ni siquiera casos como la detención del hombre de confianza de Mancera convencen a muchos analistas de que, en la lucha por el Poder, “política es tiempo”.

  La influencia de la atmósfera intelectual del Altiplano nos hace olvidar que hay vida más allá de Cuautitlán.

  Lo supieron los priístas del siglo pasado que retuvieron el Poder hasta que se les olvidó que el PRI no era un partido nacional, sino como todos los partidos en las grandes democracias, era una coalición de 32 Partidos, los cuales se unían para las elecciones federales y, sobre todo, para las presidenciales.

  Los nuevos grupos no deben olvidar que el Presidente está atento, muy atento, con una cortadora de pasto que lanzará a cortarle la cabeza al primero que la saque.

  Política es tiempo, dice el Presidente, así la oposición debe consolidarse allá donde es el rechinar de dientes y sólo mostrar sus cartas cuando el Presidente esté enredado con la hoguera de vanidades en Morena y las ambiciones desbordadas de las tribus.