Comentario con López-Dóriga
Me di el gusto
Hace años tenía un viejísimo Buick que funcionaba por la magia de un mecánico, don José, con su sencillo taller cerca de Viaducto.
Me invitó a los quince años de su hija. Fue en un salón del sur de la ciudad y tocó la Sonora Dinamita. Esto le costó mucho, don José. Sí, me di el gusto de que mi hija recordara siempre sus quince años.
Tenía razón. Un hombre muy rico, pero también muy sabio, me dijo: cuando te vas de esta vida, no importa tu fortuna, no te llevas nada, sólo lo que has vivido.
Sencillas lecciones de vida, luminosas en tiempos que tantas personas van por el mundo con su alma enlutada.