Comentario con López-Dóriga
Reviven la receta de hace 40 años
No sabemos si el excandidato presidencial panista Ricardo Anaya es inocente o culpable de los delitos de que lo acusa la Fiscalía General de la República.
Personalmente creo que Anaya es sólo un distractor más, como tantos en el arsenal de Palacio Nacional.
El caso Anaya, como el de Rosario Robles, reviven la receta de hace 40 años: Si te acusan, aunque seas inocente, no acudas a citatorios. Escóndete. Aparece hasta que tus abogados consigan tu absolución.
Si no, corres el riesgo de que, mientras pruebas tu inocencia, pases meses o años encarcelado.
Hoy se acabó la modernidad de que el fiscal es quien debe probar tu culpabilidad. No, otra vez, como décadas antes, es el acusado quien debe probar su inocencia.
No olvidemos, Joaquín, que la reversa también es cambio.