Comentario con López-Dóriga

Lástima, Aguilillas

   Alguna vez conté la historia de la señora que molía nixtamal en un metate y que, al oír a un grupo de médicos discutir sobre cuál era el dolor más intenso, pensó para sí: “como se ve que no saben lo que duele aplastarse un seno con la mano del metate”.

  Recordé la historia al oír al Presidente López Obrador pedir a la gente de Aguilillas no seguir el camino de la violencia y practicar el amor al prójimo.

  Les habla de su Gobierno asediado, a quienes hace meses sufren bloqueos y agresiones de los criminales que pelean en la zona.

  Ni modo, Joaquín, parece que, a los habitantes de Aguilillas, el Gobierno los deja abandonados a su suerte. con un “lástima, Margarito”.