Comentario con López-Dóriga
Día de Muertos
Nada es igual este Día de Muertos. No iremos a los panteones a limpiar las tumbas, rezar y ponerles flores a nuestros difuntos.
Ni siquiera a esos panteones con nichos para sus cenizas, nichos agringadamente iguales.
Hoy, aislado por la pandemia, agradezco a mi difunto hijo Jaime convencerme de la poco norteña costumbre del altar de muertos.
Las fotos, las velas, las flores, la sal, el pan de muerto, los cigarros, el vino y el baileys hacen otra vez personal, íntima, la recordación de mis difuntos. Oremos por ellos, Joaquín, porque las lágrimas se evaporan, pero las oraciones llegan hasta la Casa del Padre y, como siempre, hagamos de esta celebración de Día de Muertos nuestra muy mexicana celebración de la vida.