Comentario con López-Dóriga

Renglones torcidos

   Aunque no esté de acuerdo, uno entiende las razones de la rijosidad de Palacio Nacional hacia los medios de comunicación y los periodistas. Entiende el porqué del afán de imponer la rectoría del Estado.

   Entiende que todo es parte del juego de humo y espejos, la esencia de la actividad política y del arte de gobernar.

   Pero hay algunas cosas que son muy difíciles de entender.

   ¿Por qué hoy, a una década de aquella fallida operación encubierta de la agencia estadunidense ATF, llamada Rápido y Furioso, enviará México una nota diplomática para pedirle explicaciones a Washington?

   No lo sé. Quizá porque, como en la novela de Torcuato Luca de Tena, en Palacio Nacional también escriben en renglones torcidos.